La Última Página...

Yo no sé si esto le pase a todos los lectores pero...
Cuando estoy a punto de llegar a la última página de un libro, siento "algo" un no sé qué, una nostalgia, cierta amargura, curiosidad, alegría e incertidumbre. Fué tanto lo que compartí con esos amigos -los personajes- que cuando estoy a punto de dejarlos, mi corazón da vueltas y no se esta quieto, no puedo pensar, no puedo hablar.
Es una sensación que he vivido en "la vida real", recuerdo cuando me iba a España, a punto estaba de cruzar las puertas que me llevaban al anden, miraba atrás y estaba mi familia y mis amigos, una parte de mí se condolía por dejarlos y otra parte se emocionaba por la aventura que estaba por venir. Mi primer viaje a la Argentina también tuvo un final así: Después de besos y promesas de volver, Jorge se quedaba del otro lado del andén y yo cruzaba las puertas, mirando siempre atrás, dejando mi corazón con él y llevando la promesa de un futuro por vivir.
Txiqui, fué tan duro dejarlo, recuerdo que tomábamos una coca-cola en el aeropuerto del Prat con Josep, él escribía en mi diaro de viajes "sé feliz" y yo me iba, dejando a un gran amigo, un gran sostén, en busca de un gran amor. Con mis padres y hermanos en mis posteriores viajes a México... dejo atrás a mi padre -mi madre se queda en casa- dejo atrás a mis hermanos, dejo atrás a mi país... Y avanzo siempre mirando hacia atrás...
Lo mismo me sucede con los libros, no puedo evitar -al legar a la última página- mirar hacia atrás y vuelvo a leer, busco capítulos que me sobrecogieron, busco frases que no he de olvidar, otras veces sucede simplemente al azar, recorro cada página sin querer decir adiós. Pero debo decir adiós y despedirme y lo hago con pesar y culpa, con cierta valentía también; con la esperanza del final esperado, con la incertidumbre de lo que vendrá.
Al cerrar el libro me quedo en el limbo, recordando los detalles, intentando visualizar los instantes y volver a sentir los momentos. Me da miedo mi siguiente elección ¿me gustará tanto como éste? ¿me hará vibrar tanto como este? No lo sé... y con esa agonía, dejo el libro una noche más en mi mesita de luz (buró) -¡es que cuesta desprenderse!- A la noche siguiente lo llevo al librero (es casi como un ritual) y empiezo a leer los títulos de las futuras sorpresas. Siempre tengo libros esperándome, simpre.
Me gustaría saber qué pasa con aquellos libros que he cerrado, desde niña me ha parecido que las historias no son las mismas para nadie, que cada vez que un libro abre es un evento único e irrepetible, pero ¿qué pasa con los personajes de un libro cerrado? Seguramente seguirán con sus vidas, esperando que alguien más se entrometa en ellas. ¿Qué será de la vida de todos aquellos a los que he amado? A veces es duro y egoísta pensar que a pesar de haberlos dejado, sus vidas siguen y yo no estoy ahí...
(para todos los libros que he leído, para mi familia y mis amigos)
Lu*
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